martes, 30 de agosto de 2016

DISEÑO CURRICULAR ACTIVIDAD 3

DISEÑO CURRICULAR ACTIVIDAD 3

Investigar sobre las 4 asignaturas de la Edad Media.

Religión en la Edad Media.

 El Cristianismo se había convertido en la religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV y había empezado a extenderse entre las tribu germánicas antes de la caída de Roma. La división del Imperio Romano en dos, el de Oriente y el de Occidente, resultó también en una partición en el seno de la Iglesia Cristiana. La parte occidental, centrada en Roma, se convirtió en católica; la parte oriental, centrada en Constantinopla, se convirtió en ortodoxa. En el siglo VII surgió en Arabia el Islam, una de las grandes religiones del mundo.

El cristianismo-La expansión del cristianismo entre los bárbaros constituyó una poderosa fuerza civilizadora y ayudó a asegurar que algunos vestigios de la ley romana y del latín continuaran en Francia, Italia, España y Portugal. Sólo en Inglaterra el cristianismo romano sucumbió ante las creencias paganas. Los francos se convirtieron al catolicismo durante el reinado de Clovis y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro lado del Rin. Por su parte, los bizantinos extendieron el cristianismo ortodoxo entre los búlgaros y los eslavos.

El cristianismo fue llevado a Irlanda por San Patricio a principios del siglo V, y desde allí se extendió a Escocia, desde donde regresó a Inglaterra por la zona norte. A finales del siglo VI, el Papa Gregorio el Grande envió misioneros a Inglaterra desde el sur. En el transcurso de un siglo, Inglaterra volvió a ser cristiana.
La religión católica en la edad media era teocrática conformada con los gobiernos monárquicos, dominados totalmente por el clero católico quienes les otorgaban indulgencias a los reyes para ganar el cielo, a cambio del sometimiento a ellos. Existía la inquisición que fué aceptada por los reyes, que dicho sea de paso eran bastantes ignorantes.

Poesía en la Edad Media

Durante la Edad Media, la mayor parte de la población era analfabeta, con independencia del nivel económico. En consecuencia, el mensaje literario no se transmitía a través de la lectura individual, sino mediante la audición colectiva. Buena parte de la literatura de la época está escrita para ser recitada o cantada y, por tanto, está condicionada por el fenómeno de la oralidad.

La transmisión oral de obras literarias era función de los juglares. A veces poetas y músicos, y a veces actores, danzantes o saltimbanquis. Los juglares actuaban tanto en las calles y plazas de las poblaciones, como en los salones de los castillos, y entretenían por igual al pueblo llano y a las clases privilegiadas.

El autor medieval valoraba la originalidad artística de un modo muy diferente a como hoy en día se valora. Desde el punto de vista medieval, el escritor debía apoyar sus juicios y opiniones en autores y otras de la Antigüedad (Aristóteles, Platón, la Biblia), que constituían la llamada autoridad "auctoritas". La estricta sujeción a las fuentes era, por tanto, una exigencia para cualquier escritor.

La individualidad quedaba así diluida bajo el peso de la tradición cultural. Y por eso en la literatura medieval es fruecuente la anonimia. El escritor se consideraba a sí mismo como un miembro más de la colectividad y otorgaba una relativa importancia a su obra: una vez compuesta, el escritor se despreocupaba de firmar su creación y la entregaba al público, que terminaba por hacerla suya.

Una vez entregada a la colectividad y transmitida por la vía oral, la obra literaria experimentaba diversos cambios que iban introduciendo los juglares y el público en general, hasta que acababa por convertirse en una obra colectiva. Este fenómeno es particularmente relevante en la poesía tradicional -canciones, romances-, poesía que, según la caracterizó Menéndez Pidal, vive en variantes, osea, es una constante transformación, debido a su transmisión oral. Por ello podemos encontrar diversas versiones de una misma canción o de un mismo poema.

Los autores medievales, tanto clérigos como seglares, se valieron de la literatura como medio para alcanzar un fin más trascendente: mostrar al hombre cómo había de orientar su vida de acuerdo con los principios del cristianismo para obtener la salvación de su alma. En consecuencia, la obra literaria se convirtió en un verdadero vehículo de enseñanza de los valores morales y en un patrón que ofrecía pautas de conducta válidas para la colectividad.

El afán didáctico y el propósito moralizador impregnaron casi todas las páginas de la literatura medieval, como también están presentes en otras manifestaciones artísticas de la Edad Media.

Matemáticas:

La matemática es la ciencia deductiva que se dedica al estudio de las propiedades de los entes abstractos y de sus relaciones. Esto quiere decir que las matemáticas trabajan con números, símbolos, figuras geométricas, etc.
A partir de axiomas y siguiendo razonamientos lógicos, las matemáticas analizan estructuras, magnitudes y vínculos de los entes abstractos. Esto permite, una vez detectados ciertos patrones, formular conjeturas y establecer definiciones a las que se llegan por deducción.


Además de lo expuesto no podemos pasar por alto que existen dos importantes tipos de matemáticas:
•             Las matemáticas puras, que se encargan de estudiar la cantidad cuando está considerada en abstracto.
•             Las matemáticas aplicadas, que proceden a realizar el estudio de la cantidad pero siempre en relación con una serie de fenómenos físicos.
Las matemáticas trabajan con cantidades (números) pero también con construcciones abstractas no cuantitativas. Su finalidad es práctica, ya que las abstracciones y los razonamientos lógicos pueden aplicarse en modelos que permiten desarrollar cálculos, cuentas y mediciones con correlato físico.
Podría decirse que casi todas las actividades humanas tienen algún tipo de vinculación con las matemáticas. Esos vínculos pueden ser evidentes, como en el caso de la ingeniería, o resultar menos notorios, como en la medicina o la música.
Es posible dividir las matemáticas en distintas áreas o campos de estudio. En este sentido puede hablarse de la aritmética (el estudio de los números), el álgebra (el estudio de las estructuras), la geometría (el estudio de los segmentos y las figuras) y la estadística (el análisis de datos recolectados), entre otras.

Ciencias Naturales

La palabra Ciencia hace referencia a la agrupación del conocimiento sobre un determinado tema que se logra por el razonamiento y la experimentación aplicados de forma metódica y sistemática, sustentados en el método científico. De conformidad con el objeto del estudio recibe varios tipos de clasificación.

En el caso de las Ciencias Naturales, se trata de la rama de la ciencia que se encarga del estudio de la naturaleza con la finalidad de descifrar las teorías y leyes por las que funciona el mundo natural.
las ciencias naturales se dividen en cuatro grandes ramas, que son la Biología, la Química, la Física y la Geología, cada una de ellas tiene a su vez divisiones que abarcan aspectos más específicos.

Biología

Es la ciencia que estudia los seres vivos, está formada a su vez por otras ciencias que permiten ampliar ese estudio, como es el caso de la Bioquímica que se encarga del estudio de los mecanismos moleculares de la vida y el metabolismo, la Histología que pasa al estudio microscópico de los tejidos y las células, la Fisiología que nos enseña cómo funcionan los seres vivos y la Genética trata los aspectos relacionados con las leyes que rigen la herencia de la información entre las distintas generaciones. Una gran clasificación de la biología se da en base al reino al que pertenecen los seres vivos, como es el caso de la Zoología que estudia los seres del reino animal, la Botánica al reino vegetal, la Microbiología estudia a los seres microscópicos, la Ecología que estudia la interrelación con los seres vivos y su medio ambiente.

Química
Es una ciencia básica que se interrelaciona con muchas otras ciencias y su objeto de estudio es la materia, la química nos enseña que es la materia, cual es su estructura y composición, sus tipos, como se comporta y cuáles son sus propiedades. Para esto la química tiene dos grandes ramas como son la Química Orgánica que se encarga del estudio de los compuestos que están formados por carbono y la Química inorgánica estudia las moléculas que no lo contienen. La Química se apoya en las otras disciplinas para poder especificar este estudio, derivándose ciencias como la Bioquímica, Fisicoquímica, Petroquímica y la Astroquímica, entre otras.

Física
Una vez que la química nos explica que es y cómo se encuentra formada la materia, la física nos enseña como esta interactúa con su entorno, especialmente la relación entre materia, espacio, tiempo y energía, para poder así comprender los fenómenos que se dan en la naturaleza y poder describirlos y predecirlos mediante la identificación de las leyes que los rigen, para esto se encuentra en estrecha relación con la matemática, que es el lenguaje de la física. La Física comprende varias ramas que incluyen la Mecánica o ciencia de las fuerzas y el movimiento, Termodinámica que se ocupa del estudio del intercambio entre calor y energía así como su equilibrio entre los sistemas, Electromagnetismo explica fenómenos como la electricidad y el magnetismo y la interrelación entre sí, Astrofísica estudia las leyes que rigen al universo, Relatividad que describe las relaciones entre la gravedad y el espacio-tiempo así como los fenómenos físicos que ocurren a velocidades cercanas a la velocidad de la luz, Física Cuántica que explica la interrelación entre las partículas a nivel atómico.

Geología

Es la ciencia que se encarga del estudio de la tierra desde su origen hasta la actualidad, para ello se sustenta en el estudio de los aspectos relacionados con la composición y los diferentes procesos que se producen en las rocas, la corteza terrestre, la atmósfera y el interior de la tierra. La Geología se apoya en otras ciencias como la Física, la Química y la Biología derivando así sus principales ramas entre las que se encuentra de Geofísica, Geoquímica, Geobotánica, Zoogeología y la Paleontología.

DISEÑO CURRICULAR ACTIVIDAD 2

Diseño Curricular

Actividad 2: La Edad Media

Edad media


Periodo de la historia europea que transcurrió desde la desintegración del Imperio romano de Occidente, en el siglo V, hasta el siglo XV. No obstante, las fechas anteriores no han de ser tomadas como referencias fijas: nunca ha existido una brusca ruptura en el desarrollo cultural del continente. Parece que el término lo empleó por vez primera el historiador Flavio Biondo de Forli, en su obra Historiarum ab inclinatione romanorun imperii decades (Décadas de historia desde la decadencia del Imperio romano), publicada en 1438 aunque fue escrita treinta años antes. El término implicó en su origen una parálisis del progreso, considerando que la edad media fue un periodo de estancamiento cultural, ubicado cronológicamente entre la gloria de la antigüedad clásica y el renacimiento. La investigación actual tiende, no obstante, a reconocer este periodo como uno más de los que constituyen la evolución histórica europea, con sus propios procesos críticos y de desarrollo. Se divide generalmente la edad media en tres épocas.

Inicios de la edad media

Ningún evento concreto determina el fin de la antigüedad y el inicio de la edad media: ni el saqueo de Roma por los godos dirigidos por Alarico I en el 410, ni el derrocamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente) fueron sucesos que sus contemporáneos consideraran iniciadores de una nueva época.
La culminación a finales del siglo V de una serie de procesos de larga duración, entre ellos la grave dislocación económica y las invasiones y asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio romano, hizo cambiar la faz de Europa. Durante los siguientes 300 años Europa occidental mantuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que nunca llegó a perderse u olvidarse por completo.

Fragmentación de la autoridad

Durante este periodo no existió realmente una maquinaria de gobierno unitaria en las distintas entidades políticas, aunque la poco sólida confederación de tribus permitió la formación de reinos. El desarrollo político y económico era fundamentalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo, aunque la economía monetaria nunca dejó de existir de forma absoluta. En la culminación de un proceso iniciado durante el Imperio romano, los campesinos comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para obtener su protección y una rudimentaria administración de justicia, en lo que constituyó el germen del régimen señorial. Los principales vínculos entre la aristocracia guerrera fueron los lazos de parentesco aunque también empezaron a surgir las relaciones feudales. Se ha considerado que estos vínculos (que relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros servicios) tienen su origen en la antigua relación romana entre patrón y cliente o en la institución germánica denominada comitatus (grupo de compañeros guerreros). Todos estos sistemas de relación impidieron que se produjera una consolidación política efectiva.

La alta edad media
Hacia mediados del siglo XI Europa se encontraba en un periodo de evolución desconocido hasta ese momento. La época de las grandes invasiones había llegado a su fin y el continente europeo experimentaba el crecimiento dinámico de una población ya asentada. Renacieron la vida urbana y el comercio regular a gran escala y se desarrolló una sociedad y cultura que fueron complejas, dinámicas e innovadoras. Este periodo se ha convertido en centro de atención de la moderna investigación y se le ha dado en llamar el renacimiento del siglo XII.

El poder papal

Durante la alta edad media la Iglesia católica, organizada en torno a una estructurada jerarquía con el papa como indiscutida cúspide, constituyó la más sofisticada institución de gobierno en Europa occidental. El Papado no sólo ejerció un control directo sobre el dominio de las tierras del centro y norte de Italia sino que además lo tuvo sobre toda Europa gracias a la diplomacia y a la administración de justicia (en este caso mediante el extenso sistema de tribunales eclesiásticos). Además las órdenes monásticas crecieron y prosperaron participando de lleno en la vida secular. Los antiguos monasterios benedictinos se imbricaron en la red de alianzas feudales. Los miembros de las nuevas órdenes monásticas, como los cistercienses, desecaron zonas pantanosas y limpiaron bosques; otras, como los franciscanos, entregados voluntariamente a la pobreza, pronto empezaron a participar en la renacida vida urbana. La Iglesia ya no se vería más como una ciudad espiritual en el exilio terrenal, sino como el centro de la existencia. La espiritualidad altomedieval adoptó un carácter individual, centrada ritualmente en el sacramento de la eucaristía y en la identificación subjetiva y emocional del creyente con el sufrimiento humano de Cristo. La creciente importancia del culto a la Virgen María, actitud desconocida en la Iglesia hasta este momento, tenia el mismo carácter emotivo.

Aspectos intelectuales

Dentro del ámbito cultural, hubo un resurgimiento intelectual al prosperar nuevas instituciones educativas como las escuelas catedralicias y monásticas. Se fundaron las primeras universidades, se ofertaron graduaciones superiores en medicina, derecho y teología, ámbitos en los que fue intensa la investigación: se recuperaron y tradujeron escritos médicos de la antigüedad, muchos de los cuales habían sobrevivido gracias a los eruditos árabes y se sistematizó, comentó e investigó la evolución tanto del Derecho canónico como del civil, especialmente en la famosa Universidad de Bolonia. Esta labor tuvo gran influencia en el desarrollo de nuevas metodologías que fructificarían en todos los campos de estudio. El escolasticismo se popularizó, se estudiaron los escritos de la Iglesia, se analizaron las doctrinas teológicas y las prácticas religiosas y se discutieron las cuestiones problemáticas de la tradición cristiana. El siglo XII, por tanto, dio paso a una época dorada de la filosofía en Occidente.

Innovaciones artísticas

 También se produjeron innovaciones en el campo de las artes creativas. La escritura dejó de ser una actividad exclusiva del clero y el resultado fue el florecimiento de una nueva literatura, tanto en latín como, por primera vez, en lenguas vernáculas. Estos nuevos textos estaban destinadas a un público letrado que poseía educación y tiempo libre para leer. La lírica amorosa, el romance cortesano y la nueva modalidad de textos históricos expresaban la nueva complejidad de la vida y el compromiso con el mundo secular. En el campo de la pintura se prestó una atención sin precedentes a la representación de emociones extremas, a la vida cotidiana y al mundo de la naturaleza. En la arquitectura, el románico alcanzó su perfección con la edificación de incontables catedrales a lo largo de rutas de peregrinación en el sur de Francia y en España, especialmente el Camino de Santiago, incluso cuando ya comenzaba a abrirse paso el estilo gótico que en los siguientes siglos se convertiría en el estilo artístico predominante.

La nueva unidad europea

Durante el siglo XIII se sintetizaron los logros del siglo anterior. La Iglesia se convirtió en la gran institución europea, las relaciones comerciales integraron a Europa gracias especialmente a las actividades de los banqueros y comerciantes italianos, que extendieron sus actividades por Francia, Inglaterra, Países Bajos y el norte de África, así como por las tierras imperiales germanas. Los viajes, bien por razones de estudio o por motivo de una peregrinación fueron más habituales y cómodos. También fue el siglo de las Cruzadas; estas guerras, iniciadas a finales del siglo XI, fueron predicadas por el Papado para liberar los Santos Lugares cristianos en el Oriente Próximo que estaban en manos de los musulmanes. Concebidas según el Derecho canónico como peregrinaciones militares, los llamamientos no establecían distinciones sociales ni profesionales. Estas expediciones internacionales fueron un ejemplo más de la unidad europea centrada en la Iglesia, aunque también influyó el interés de dominar las rutas comerciales de Oriente. La alta edad media culminó con los grandes logros de la arquitectura gótica, los escritos filosóficos de santo Tomás de Aquino y la visión imaginativa de la totalidad de la vida humana, recogida en la Divina comedia de Dante Alighieri.

La baja edad media

Si la alta edad media estuvo caracterizada por la consecución de la unidad institucional y una síntesis intelectual, la baja edad media estuvo marcada por los conflictos y la disolución de dicha unidad. Fue entonces cuando empezó a surgir el Estado moderno —aún cuando éste en ocasiones no era más que un incipiente sentimiento nacional— y la lucha por la hegemonía entre la Iglesia y el Estado se convirtió en un rasgo permanente de la historia de Europa durante algunos siglos posteriores. Pueblos y ciudades continuaron creciendo en tamaño y prosperidad y comenzaron la lucha por la autonomía política. Este conflicto urbano se convirtió además en una lucha interna en la que los diversos grupos sociales quisieron imponer sus respectivos intereses.

Inicios de la ciencia política

Una de las consecuencias de esta pugna, particularmente en las corporaciones señoriales de las ciudades italianas, fue la intensificación del pensamiento político y social que se centró en el Estado secular como tal, independiente de la Iglesia.
La independencia del análisis político es sólo uno de los aspectos de una gran corriente del pensamiento bajomedieval y surgió como consecuencia del fracaso del gran proyecto de la filosofía altomedieval que pretendía alcanzar una síntesis de todo el conocimiento y experiencia tanto humano como divino.

La nueva espiritualidad

Aunque este desarrollo filosófico fue importante, la espiritualidad de la baja edad media fue el auténtico indicador de la turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo caracterizada por una intensa búsqueda de la experiencia directa con Dios, bien a través del éxtasis personal de la iluminación mística, o bien mediante el examen personal de la palabra de Dios en la Biblia. En ambos casos, la Iglesia orgánica —tanto en su tradicional función de intérprete de la doctrina como en su papel institucional de guardián de los sacramentos— no estuvo en disposición de combatir ni de prescindir de este fenómeno.
Toda la población, laicos o clérigos, hombres o mujeres, letrados o analfabetos, podían disfrutar potencialmente una experiencia mística. Concebida ésta como un don divino de carácter personal, resultaba totalmente independiente del rango social o del nivel de educación pues era indescriptible, irracional y privada. Por otro lado, la lectura devocional de la Biblia produjo una percepción de la Iglesia como institución marcadamente diferente a la de anteriores épocas en las que se la consideraba como algo omnipresente y ligado a los asuntos terrenales. Cristo y los apóstoles representaban una imagen de radical sencillez y al tomar la vida de Cristo como modelo de imitación, hubo personas que comenzaron a organizarse en comunidades apostólicas. En ocasiones se esforzaron por reformar la Iglesia desde su interior para conducirla a la pureza y sencillez apostólica, mientras que en otras ocasiones se desentendieron simplemente de todas las instituciones existentes.
En muchos casos estos movimientos adoptaron una postura apocalíptica o mesiánica, en particular entre los sectores más desprotegidos de las ciudades bajomedievales, que vivían en una situación muy difícil. Tras la aparición catastrófica de la peste negra, en la década de 1340, que acabó con la vida de una cuarta parte de la población europea, bandas de penitentes, flagelantes y de seguidores de nuevos mesías recorrieron toda Europa, preparándose para la llegada de la nueva época apostólica.

Esta situación de agitación e innovación espiritual desembocaría en la Reforma protestante; las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del Estado nacional moderno y la continua expansión económica y mercantil puso las bases para la transformación revolucionaria de la economía europea. De este modo las raíces de la edad moderna pueden localizarse en medio de la disolución del mundo medieval, en medio de su crisis social y cultural.


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